(see English version at the bottom)
Estimad@s amig@s,
Saludos! Ya han pasado varios meses desde la ultima vez que escribí una nota en este blog. He estado repleto de trabajo y he participado activamente como voluntario en ONGs amigas, y en unas iniciativas personales las cuales compartiré muy pronto. De cualquier forma, me sentí obligado a compartir unas líneas sobre la situación actual en Honduras.
Casi una docena de amig@s de toda la región, incluyendo activistas de derechos humanos en Honduras me han escrito compartiendo su indignación y preocupación por la situación política de ese país. Todos se han demostrado en contra del golpe de estado; algunos por razones netamente jurídicas (el golpe fue un acto ilegal) y otros por razones ideológicas (como activistas de derechos humanos la mayoría tiende a ser izquierdista). Mis amig@s y familiares venezolanos muestran una opinión totalmente opuesta. Ellos se manifiestan en apoyo del golpe de estado (al cual se refieren como vacío de poder), enfatizan que todos los poderes públicos están a favor del nuevo estatus quo (porque Zelaya quebrantó las leyes al convocar la encuesta) y demuestran alegría con la idea de que las actividades expansionistas del venezolano Hugo Chávez han sido detenidas. ¡Estas por supuesto son apreciaciones totalmente distintas de un mismo hecho! ¿Cómo es esto posible? Lo trataré de explicar…
Después de varios días de observación, mi análisis es el siguiente: se llevo a cabo un golpe de estado ilegal en Honduras, el cual es muy difícil de justificar. Los poderes públicos debieron haber empezado un proceso jurídico que pudiera separar al presidente de su cargo, si en realidad había cometido infracciones en contra de su nación. Esto hubiese mantenido el hilo institucional de Honduras y fortalecido sus instituciones. Pero, como analista de políticas internacionales también tengo que entender la realidad política e institucional actual en America Latina. El continente vive en un mundo de paradojas y realismo mágico que es difícil de comprender. Sea creado una moda mediante la cual gobernantes como Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa han usado el disfraz de la institucionalidad para consolidar su poder como presidentes, dejando al resto de los poderes públicos como sirvientes leales de sus proyectos políticos, en vez de vehículos de contrapeso dentro de un sistema verdaderamente democrático. O sea, no existen métodos legales ni elecciones confiables, que permitan una alternabilidad democrática en estos países (esto sirve de aclaratoria para mis amig@s que mencionan las elecciones como medio viable para la alternabilidad política en el continente). De una manera novedosa, para llamarlo de alguna forma, han logrado utilizar el sistema para disfrazar sus regimenes autoritarios bajo la manta de la democracia. Lo que existe, como existía en la Argentina de Perón y recientemente auspiciado por hombres como Norberto Ceresole (mentor de Chávez), es una relación pueblo-caudillo, que no deja espacios para otras instituciones democráticas. La gente se relaciona directamente con el líder, y los demás actores políticos solamente están como parte de un reparto de segunda que apoya lo que diga el líder en su momento (claro hay que notar que todos son hombres… este neo-caudillismo no dejo por fuera el machismo que nos caracteriza a los latinoamericanos, pero eso es para otro post…).
Dentro del marco de las relaciones internacionales, también se esta dando a lugar otra cosa fuera de lo común, en el que espacios como la OEA se están utilizando como herramientas para perpetuar el circulo vicioso en el que se encuentran los gobiernos de la denominada Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA). Se esta convirtiendo en un grupo de apoyo, alimentado mediante el uso de los petrodólares, mediante se defiende cualquier agresión en contra de los dirigentes narcisistas (como los llama Andrés Oppenheimer), en vez de defender a las instituciones democráticas en dichos países. Como diría el mismo Sr. Oppenheimer en una columna reciente, ¡la OEA se ha convertido en un espacio donde permiten que un dictador militar como Raúl Castro despotrique en contra de los ataques anti-democráticos del gobierno en Honduras! (WTF?!?)
En fin, espero que mis amig@s hondureños puedan decidir el futuro de su país de una manera que refuerce su derecho a su autodeterminación como pueblo. De igual forma, creo que si el gobierno actual en Honduras se mantiene, crearía un precedente político fuera de lo común en el continente; si desconoces las leyes y la constitución te arriesgas a ser destituido por el Congreso y la Corte Suprema y puesto en un avión a un país vecino así seas el presidente del país. Por algo seria que ya Hugo Chávez empezó a decir que había que hacer hasta lo imposible para evitar que los partidos políticos que lo antagonizan obtengan cuotas de representación en la Asamblea Nacional de Venezuela…
Dear friends,
Greetings! It has been months since I posted to this blog, but I have been full of work and been actively volunteering with some NGOs. I also have started working on some other initiatives that I’ll share soon. However, I wanted to write a few lines about the current situation in Honduras.
Almost a dozen friends from across Latin America, including human rights activists in Honduras, have written heartfelt notes regarding the current political situation in this Central American country. They are all against the coup; some of them for legal reasons (the coup was completely illegal) and others for ideological reasons (as human rights activists they tend to be leftists for the most part). My friends and family members in Venezuela have a completely opposite point of view. They fully support the coup (they say that democratic institutions responded to a power vacuum), stress that all branches of government are in favor of maintaining the current status quo (given that Zelaya broke the laws by organizing a referendum) and are actually happy about stopping Chavez’s expansionist activities. These are obviously completely different observations of the same event! How is this possible? I’ll try to explain…
After paying attention to the situation for a few days, I think that the coup in Honduras was illegal and it is very hard to justify. All branches of government should have started a legal process against the president if he was really breaking Honduras’ laws. This would have maintained the rule of law and strengthened the country’s institutions. However, as an international relations analyst I also have to acknowledge the current political reality in Latin America. The continent lives in a really convoluted state of paradoxes and magical realism that is hard to explain. Regional leaders like Hugo Chavez, Evo Morales and Rafael Correa have started to use their electoral victories as a way to legitimize their power grab, whereas other branches of government no longer provide a system of check and balances. There are not any real legal methods or trustworthy electoral processes to provide a true sense of democracy with alternating political parties (I write this as a warning to my friends who claim that electoral processes can guarantee democratic institutions in these countries – Chavez, Morales and Correa control the entities that run the elections!). Today, these countries practice what used to be the norm in Peron’s Argentina and encouraged by men like Norberto Ceresole; a direct relationship between the people and their leader. This type of relationship does not allow other branches of government to hold real power, and are relinquished to satisfy the leader’s wishes (it is important to note that all these leaders are men, not women – this “neo-caudillismo” has not left out the chauvinism that characterizes Latin American societies, but I could discuss this in another post…).
Something very strange is also playing out within the world of international relations; the members of the so-called Bolivarian Alternative for the Americas (ALBA) are now using institutions such as the OAS as tools to perpetuate their authoritarian regimes. It is essentially becoming a support group for the leaders of these countries as they strengthen their internal positions, instead of a promoter of democratic institutions across the region. As Andres Oppenheimer recently wrote, the OAS has become a place where a military dictator such as Raul Castro attacks the new Honduras government for its lack of democratic credentials! (WTF?!?)
I hope that my Honduran friends are able to decide their fate in their own terms. I also think that if the current government is able to hold on to power, it will create a huge political precedent in the region; if a president disregards the constitution, he/she is risking a coup supported by all other branches of government. No wonder Hugo Chavez recently expressed his concern about potential gains by political enemies within the Venezuelan National Assembly…